lunes, 6 de julio de 2009

El cerebro escindido

Sin mayores explicaciones, y haciendo hincapié en que realmente creo que merece la pena leerlo, cito textualmente de un magnífico libro de divulgación, "La Mente", de Anthony Smith:

"El cerebro escindido. La técnica quirúrgica para la separación de los dos hemisferios se aplicó por primera vez (en un gato) en el año 1955. Desde entonces, se ha modificado y aplicado al hombre (iniciándose en los primeros años de la década de 1960, aunque la primera escisión tuvo lugar en la década de 1963, durante la extirpación de un tumor). Un resultado sorprendente y general es que la operación lesione tan poco al paciente (y en el caso de una epilepsia brutal, le proporcione tanto beneficio). [...] Lo que ha ocurrido es la creación de lo que podría llamarse una mentalidad siamesa. [...] Un humano al que se le ha practicadola comisurectomía tiene dos esferas de conciencia, y es como dos personas diferentes que comparten un tallo cerebral y el resto del organismo. En resumen, dos mentes en una cabeza.
Determinados experimentos han contribuido a llegar a esta conclusión. Por ejemplo, si se muestra un dibujo -digamos, de un triángulo- solamente al campo visual izquierdo, y por ello sólo al hemisferio derecho, la mitad parlante del cerebro -la izquierda- se quejará de que no ha visto nada. La escisión de las comisuras ha eliminado este conocimiento de su posibilidad. Si se pide a los pacientes que escojan de una bolsa (con diversas formas dentro) lo que han visto, con su mano izquierda tomarían correctamente el triángulo. Si se les preguntara entonces qué es lo que han hecho, dirían "nada". El triángulo ha sido visto sólo por el hemisferio derecho y cogido por el mismo hemisferio derecho. En lo que respecta al hemisferio izquierdo, no ha visto nada, no ha hecho nada y, por eso, ha dicho "nada". El concepto de doble mente interviene en esta experiencia porque el hemisferio derecho, viendo algo y seleccionando algo de una bolsa, es supuestamente consciente de lo que está haciendo, aunque al no estar equipado con el poder del lenguaje -que, insistiendo una vez más, se encuentra en el lado izquierdo en la amplia mayoría de los casos-, no puede relatar su experiencia. El hemisferio izquierdo, dispuesto a explicar cualquier acción, no sabe nada del triángulo, por lo que no le es posible describir el experimento."

Personalmente, me sorprendí bastante, y el autor expone otros experimentos en los que se muestra un comportamiento similar de los pacientes, y que (por lo menos a mí me ha pasado) arranca una sonrisa al no poder comprender o imaginar qué demonios debe estar pasando por la mente de esas personas.

¡Un saludo a todos!