Ya llega el verano. ¿Y por qué nos gusta tanto el verano? Porque no hay exámenes, porque podemos quedarnos durmiendo hasta que nos despierte el sonido de nuestro estomágo clamando alimento, porque tienes tiempo para lo que quieras, porque es un relax continuo, porque si tienes calor, o te aguantas o te das un chapuzón en una piscina cercana, porque estamos FELICES. Y... ¿por qué? Bueno, podría repetir todo eso, pero hay un factor bastante más importante, y ese factor es una pequeña y bonita proteína (5-hidroxitriptamina. La orgánica mola, y si no que se lo digan a Nieves...) llamada comúnmente serotonina, que se sintetiza en algún lugar por encima de nuestros hombros, y que hace que nos adentremos en un estado de felicidad, tranquilidad y estímulo sexual. Esto último no es lo que más nos importa, y no llenaré mi blog con obscenidades o imágenes impudentas. Bueno, la verdad es que se queda en eso, que tienes (más) ganas de hacer cosas con una persona del género opuesto. ¿Y qué tiene que ver eso con el verano? Pues la razón reside en que esa proteína se sintetiza cuando nos da el sol. Es decir, que aparte del hecho de que nos pongamos morenos, hemos heredado una pequeña parte de la fotosíntesis, sólo que en vez de darnos alimentos, pues nos da eso, felicidad, tranquilidad… y estímulo sexual. Así que ya sabéis, si estáis depres, saliros a la terraza y tostaros un poco. Cuando pase cosa de 3 horas, entrad otra vez en casa y tendréis una sonrisa de oreja a oreja.
Un saludo a todos, y sean felices.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario