¿Es lo que podemos ver? ¿Lo que podemos oír? ¿Lo que podemos tocar o sentir?
¿O también lo que escapa a nuestros sentidos?
Por desgracia, no tengo la respuesta a esa pregunta, y sí un puñado de preguntas, que convendría hacerse algunas veces. Porque más allá de todo lo que nuestro cerebro puede procesar, hay muchas cosas que se esconden. Somos el ser más evolucionado que se conoce, pero eso no quiere decir que hayamos evolucionado hasta un límite establecido de antemano, y muchas cualidades ocultas de los objetos escapan de nuestra realidad por ausencia de sentidos o capacidades adecuadas.
No basta con mirar alrededor y confiar que todo eso es así, como lo vemos. Todo (o casi) tiene un por qué, y hay 1 probabilidad entre 1 millón de que sea observable a simple vista. Aunque como dice Terry Pratchett, "una probabilidad entre un millón se cumple nueve de cada diez veces". En resumidas cuentas, un gran porcentaje de los descubrimientos, han sido casualidad, posar la mirada en un objeto en el momento adecuado.
Y obviamente, no son los que merecen más reconocimiento.
Descubrir algo que nunca se ha visto es una tarea de titanes, algo francamente difícil, ya que es Imposible imaginar algo que nunca se ha visto. Podremos coger un elemento de aquí y otro de allá, y crear algo en nuestro cerebro, pero nunca podremos imaginar algo Propiamente Nuevo.
Por ejemplo, los números. Son algo abstracto, algo que en realidad no existe, algo creado por el hombre. Precisamente, la entrada de hoy va para una contradicción entre la simple vista, y la realidad. Un procedimiento que puso en evidencia a nada más y nada menos que al Teorema de Pitágoras.
Alguien dijo que 2 era igual a su raíz, es decir: 2=√2.
Veamos su explicación.
Imaginemos un cuadrado ABCD de 1 metro de lado. Según el teorema de Pitágoras (que, según se cree, fue comprobado por Hipaso de Metaponto), su diagonal, la hipotenusa del triángulo isósceles formado por dos lados y ella misma, medriría √2 metros.
Trazando paralelas más cortas que los lados, que formen ángulo recto, se forma una línea zig-zag que mide lo mismo que la suma de los segmentos AB y AD (puedes comprobarlo en un cuaderno cuadriculado, si no te lo crees).
Volviendo a trazar paralelas, se consiguen líneas más pequeñas, que siguen sumando 2.
Siguiendo este proceso, llega un momento en que la línea se confunde con la diagonal. Demostrando que 2=√2
¿Dónde está la solución al problema?
Espero comentarios acerca de ello, jeje.
Un saludo a todos, y antes de juzgar algo tras una primera mirada, sería conveniente analizarlo a fondo, pensar que tal vez haya otra explicación mucho más complicada y escondida que la que los sentidos nos ofrecen. Ya sean personas, objetos, ideas o situaciones.
3 comentarios:
Ah, amigo, el cálculo diferencial...
Mi solución:
la línea en zig-zag nunca va a llegar a ser como la recta, puede que a nuestra vista sí sea igual, pero nunca llegará a coincidir.
Conclusión, pitagoras siempre dice la verdad XD
Ciao
Esta actualizacion no tiene la misma gracia si no estuvisteis en la clase de filosofia, donde Mario nos dio una clase de matematicas sobre esto jajaja. Se merecio el aplauso de la clase.
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