viernes, 1 de diciembre de 2006

¿El viernes es un infierno? Naaah...

Viernes... por fin es viernes...
Además el Neira tiene un amistoso...
Además he conseguido ganarle al Pro a él...
Además voy a acostarme sin poner el despertador...
Además no tengo que hacer nada para la semana (bueno, dos días) que viene...

Pues eso, que este fin de semana se presenta bastante sabático, más de lo que la obviedad lo condiciona. No seré malo, y no me reiré de vosotros, porque lo más seguro es que el vuestro sea igual o más relajado.... además, ¡que las personas malas van al infierno! Y allí debería estar (no le deseo el mal a nadie, es una manera de hablar xD) un catedrático de universidad que tuvo uno de esos días tontos, y le dio el venazo cachondo. La cuestión es que los pobres e inocentes alumnos que habían suspendido la primera convocatoria de Termodinámica, se presentaban a la recuperación tras haberse pasado más de 48 horas estudiando (probablemente prescindiendo de las necesidades básicas...), y cuando dieron la vuelta al examen, vieron con estupefacción, asombro, sorpresa, impacto y un poco de rabia contenida que había un solo ejercicio, que decía así:
"¿Es el infierno endotérmico o exotérmico? Justifícalo."
La mayoría aplicaron sus conocimientos acerca de Boyle, pero hubo un alumno que contestó lo siguiente:


Primero, necesitamos saber cómo varía en el tiempo la masa del Infierno. Así, necesitamos saber la frecuencia con la que las almas entran en él y la frecuencia con la que salen. Opino que podemos asumir sin ninguna duda que, una vez que un alma ha entrado en el Infierno, ya no sale nunca más. Así pues, no hay frecuencia de salida. Para calcular cuántas almas entran en el Infierno, tengamos en cuenta las distintas religiones que existen hoy en día en el mundo. Alguna de estas religiones afirman que, si no eres miembro de ella, irás al Infierno. Debido a que hay más de una de estas religiones y teniendo en cuenta que una persona no pertenece a más de una religión al mismo tiempo, podemos afirmar que toda la gente y todas sus almas van al Infierno. Con las tasas de natalidad y mortalidad llegamos a la conclusión de que el número de almas que ingresan en el infierno crece exponencialmente. Ahora miramos la variación del volumen del Infierno, ya que la ley de Boyle establece que, para que la temperatura y presión en el Infierno permanezcan invariables, el volumen de éste se tiene que expandir según se van añadiendo almas. Esto nos da dos posibilidades:
1. Si el infierno se expande a una velocidad más baja que la frecuencia a la que entran las almas, entonces la temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que éste reviente.
2. Por supuesto, si el infierno se expande a una velocidad mayor que la frecuencia de entrada de almas, entonces la tempertura y la presión caerán hasta que éste se congele.
Así pues, ¿cuál es la conclusión?
Si aceptamos el postulado que enunció mi compañera Rocío López en el primer año de carrera y que decía algo así como: “El Infierno se congelará antes de que yo me acueste contigo”, y dado el hecho de que todavía no lo he conseguido, entonces el enunciado 2 no puede ser cierto, así que la respuesta es: EL INFIERNO ES EXOTÉRMICO.

Obtuvo matrícula de honor... yo, personalmente, creo que se la merecía... xD

P.D.:Es un caso real de la Universidad de Valladolid.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ojo el mario q cosas q busca por ahi jaja
pos na tio la verdad esq es interesante de momento yo la entrada dos la e leido sobrao neee aojor no xDD

un abrazo crack