
No voy a enrollarme con todo el proceso y el árbol de la vida. Sólo expondré una cuestión. ¿Por qué no andamos a cuatro patas como hacen los monos? ¿Qué tiene que ver eso con la evolución? ¿En qué nos benefició?
Aquí queda descartada la respuesta de “En Nada” (justificándolo con los dolores de espaldas, los tropiezos y la posible falta de dientes en un futuro). Aunque es posible, ya que la evolución no rechaza cambios negativos (por ejemplo, nosotros somos unos mierdas comparados con el resto de animales).
Pero la respuesta es otra, o al menos, eso parece. Recientemente se ha descubierto que andando sobre dos piernas se gasta menos energía que sobre cuatro. Esto quiere decir que se puede cazar durante más tiempo, ya que habrá más energía disponible, y por lo tanto, habrá más posibilidades de alimentarse.
Los científicos estadounidenses escogieron a cinco chimpancés y los pusieron a caminar a cuatro y a dos patas, y a diferentes velocidades, encima de una cinta de las que se utilizan en los gimnasios para entrenar. También hicieron las mismas pruebas con un grupo de cuatro personas (una mujer y tres hombres).
Los resultados no dejaron lugar a dudas: para el mismo recorrido, la especie humana gastó una cuarta parte de la energía que habían invertido los simios cuando caminaban apoyándose en los nudillos, que es su modo habitual de desplazarse.
Así que ya sabes, nunca digas que estás cansado de andar. Piensa en el resto de animales y en lo que tienen que sufrir los pobres por no haber sido agraciados con la evolución.
¡Un saludo a todos!