lunes, 16 de julio de 2007

Trivial Pursuit

Bueno, hoy va para ese gran juego de mesa: el Trivial. Y es que nos hemos aficionado a pasar las noches jugando. No sé lo que pensarán las personas con las que juego, pero para mí ya es una droga.
Muchos dirán que soy (en realidad no juego solo, así que “somos”) un palomo por haberme enganchado al Trivial, que eso es para los frikys que se pasan el día en su casa inventando nuevas jugadas para el ajedrez. Y oye, es posible, pero mejor eso que engancharme al tabaco, o al alcohol. Mejor que te mate el tiempo matándolo tú a él, a que te mate toda esa mierda (que además se ríe de ti).


Seguro que todos los que piensan así nunca han jugado. Sólo lo han visto de pasada en casa de un amigo mientras repasaban posibilidades.

- Tengo el Gestos (grandioso juego), el Pictionary (mejor todavía, aunque el hecho de con quién juegas marca bastante la partida)… ah mira, el Trivial
™.
- Baah, aborta, meh traío er papel p’acharnos unas calás. Esta mierda sí ques buena. ¿Tu vieja… tendrá orégano d’ese? Es quevisto por ai que con eso lo flipas.

Pues ellos se lo pierden. Y en vez de ganar (la palabra sería ejercitar) neuronas, las pierden a mansalva. Deberían poner una pregunta de algo de esto en el Trivial…

Y allá vamos con mi experiencia en el Trivial y los comportamientos que he podido observar…
- El 95 % (o algo más) de los jugadores elegirán sin dudarlo las casillas verdes si tienen opción para ello. A lo mejor se creen que las preguntas las han hecho chavales que dan Conocimiento del Medio (también conocido como “Cono” a secas). Nada más lejos de la realidad. Aunque parezca que la mayoría son acertadas, no es para nada cierto, y la mayor parte de las veces nos creemos que sabemos la respuesta y quedamos como auténticos idiotas.
- La casilla discriminada es la rosa, sin lugar a dudas. ¿Por qué? No creo que sea por su condición cromática, sino más bien por el campo al que representa. Espectáculo. Ya puedes ser una maruja consumada, que más del 70% de estas preguntas
son francamente imposibles de contestar. “¿Cúal fue el nombre que se le dio a Rubén Castro Hugamba en el corto cinematográfico estrenado en Méjico en 1975 “El colchonero”?”.
Intentas pensar en el nombre más complicado posible, y probablemente no aciertas ni en una letra. Cosas de la vida.

- Las casillas igualadas entre sí son la azul y la amarilla. Aquí gana la azul, aunque la gente no sepa que Pekín está en Asia. La naranja y la marrón también compiten, y gana la naranja, aunque las preguntas de los juegos olímpicos s
uelen tener como respuestas algo incoherente.

- Cuando hay una pregunta a la que anteriormente estabas seguro que responderías bien, el gesto más típico es agachar la cabeza, ponerse la mano en distintas partes de la cara y resoplar diciendo: “Ésta me la sabía… espera, sí joder, si era éste que…”. Cuando en realidad estás deseando que alguien de tu grupo la sepa. Eso sí, cuando dicen la respuesta correcta, no puede faltar “¡Eso! Joder es verdad…” y seguidamente un gesto característico de la personalidad de cada uno.
- Un Trivial sin peleas no es un Trivial. Preguntas en la que la solución es cuanto menos ambigua, si difieres un poco en tu respuesta (si estás en casilla de quesito más te vale que te hayas puesto el
chaleco antibalas) todos berrearán como simios diciendo que no es una respuesta válida. Y por mucho que protestes, te joderás cual tonto.

Hay muchas más cosas, pero ya me he explayado más que suficiente. Así que, ya sabéis, si queréis pasar un rato entretenido, desempolvar el Trivial y a jugar, que además se aprende un rato.
Bueno, ¡un saludo a todos!

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