jueves, 6 de septiembre de 2007

Huele a... déjame pensar...

¡Hola de nuevo!

Bueno, llevaba muchísimo tiempo sin pasarme por aquí, pero es que he ido de fiesta en fiesta y no he tenido mucho tiempo.
Además no sabía con qué actualizar, porque muchas cosas eran demasiado cortas para una entrada. Ésta también lo es bastante, pero bueno, es algo que no mucha gente sabe, e incluso después de saberlo seguirán diciéndolo. Porque se ha hecho algo común. Porque es una de esas leyendas urbanas como la del número del DNI. Que le vamos a hacer, la gente oye algo con lo que quedar bien y hacerse el interesante y lo único que consigue muchas veces es meter la gamba.
A lo mejor dejo en el aire que yo me quiero hacer el interesante. La verdad es que más que eso, lo que quiero es que los demás seáis interesantes, no os lo hagáis. Porque con mentiras no se llega a ningún lado. Además, hace unos añitos que salió esa bonita página web llamada google (también wikipedia) en la que comprobar todas esas bolas.

Después del sermón, llega el fundamento de la entrada: los pedos o ventosidades o flatulencias o meteorismos o flatos.


Puede que sea un tema desagradable, pero sin duda es uno de los más gastados en la conversación media del hombre español. Junto con otros como el del momento reflexivo y relajante de plantar un pino. Para que mentir, no somos muy delicados.

Pero bueno, a lo que íbamos. ¿Quién no se ha tirado un pedo y ha tenido que irse unos segundos para que ese horrendo olor tóxico se esfumara ligeramente? Cierto que también nos hemos escondido debajo de las sábanas recién levantados para degustar esos pedos mañaneros que tanto nos gustan, pero sólo pasa con los nuestros. A lo mejor creemos que los de los demás pueden matar células de nuestros pulmones.

Bueno, no estoy escribiendo para contar hazañas con pedos históricos o mortales, sino para dejar clara una cosa. Mucha (mucha) gente suelta la broma o intenta hacerse el gracioso, interesante o guay metiendo por medio el "jaja, mira que metano me acabo de soltar" o "tío, que peste echa tu metano".
Para los enterados, el metano (o CH4) es un gas INOLORO.
Para los enterados, INOLORO significa que NO TIENE OLOR.
No tengo ganas de seguir metiendo baza. Sólo decir, para los que les pique el gusanillo, los pedos huelen por los derivados del azufre y otros componentes, como por ejemplo el sulfuro de hidrógeno (típico olor a huevos podridos), el ácido butírico (olor a mantequilla rancia) o el disulfuro de carbono.
Ale, ya está dicho, dejad en paz al metano. Y antes de que alguno me salte con que el metano si que huele, he de decir que muchas veces al gas se le añaden otros componentes para que huela fuerte en caso de fuga, para que nos demos cuenta.

¡Un saludo a todos!

2 comentarios:

Sergio dijo...

Estaba leyendo esto y se me venian a la mente todas esas clases de informatica/mates/quimica/ingles....etcetc donde aunque hicieran -15ºC se tenian que abrir las ventanas de la clase porque alguien se habia tirado un "metano" xDDDD aunque entre el vulgo se suele usar la expresion...tio te has cagao!! xDDD
En fin, ya queda poco para que nos volvamos a juntar en esos 40m2 donde pasamos tan buenos ratos.
Nos vemos Mario.

Anónimo dijo...

Tío, te voy a tener que regular la dieta, a ver si descubrimos olores nuevos...